Se acerca.

Tienes esa sensación, entre confusa y clara, entre buena y mala, entre bonita y dolorosa, entre llena y vacía, entre viva y muerta.
Sabes que te va a doler, será un dolor entre caricias, pero dolerá, dolerá cuando los primeros rayos de luz entren por la entreabierta cortina que cubrirá la ventana que os separa del mundanal ruido y hace de ese lugar el reino donde vuestros sentimientos marcan el curso de las horas y vuestros cuerpos las leyes de lo imposible.
Crees tener la certeza de saber dónde está el límite que marcará el fin de la historia, de tu historia. Pero aún así sigues adelante de la forma más valiente que encontraste dentro de tu ser: callando a gritos la impotencia que sientes cada vez que vuelve a ti el recuerdo de las horas que marcaron cada parte de tu cuerpo, cada milímetro de tu alma, hasta el último resquicio de tu débil corazón.
Sólo porque sientes que se acerca, paso a paso, lentamente. Sabes que tu momento espera que llegues hasta él, con los brazos abiertos y todo apunto para ver llegar el clímax desde la paz que te proporcionarán esas dulces melodías y esas suaves burbujas que acariciarán vuestra piel con la ternura de aquel primer beso que ganaste con el esfuerzo de tu etiqueta.
Llegarán, tanto el clímax como el fin del trayecto. Ambos llegarán de la mano para dejarte sin aliento y hacer que mueras un poco.

Sé que la caída será dura, y que romperá hasta el último hueso del esqueleto de mi alma, pero sea como sea me habrá merecido la pena.

xxx