17 julio, 2006

Best before: see envelope.

Hay momentos en los que me pierdo. Me siento tan bien que traspaso la línea de lo lícito, suelto el timón, me vuelvo vulnerable, me abro y pierdo el control de tal manera que podrías hacer cualquier cosa conmigo, porque ha llegado el momento del que intenté huir sin saber cómo hacerlo.
Ha llegado el momento en el que estoy completamente perdida y a la deriva, a tu deriva.
Había una única regla: "no traspasar la línea" y yo la traspasé con los ojos cerrados y a doscientos por hora, aún sabiendo que no tendría tiempo suficiente para echar el freno y no caer al precipicio que acabará conmigo definitivamente. Los daños serán irreparables y las heridas sangrarán durante meses, pero cada lágrima de dolor que recorra mis mejillas será una confirmación indudable de que mereció la pena.
Se que no quieres hablar de ello, ni siquiera quieres pensar en nada que tenga relación con la situación, pero me resulta inevitable sacar lo que tengo dentro, me resulta indispensable que sepas qué pasa por mi cabeza cuando miro las estrellas con la cabeza apoyada en tus rodillas. Sí, soy muy valiente cuando escribo... y eso no quiere decir que no lo sea cuando hablo, pero hablar no es tu fuerte.




Ambos sabemos que dolerá, pero tú has sabido echar el freno a tiempo... por desgracia.

Contradicciones.

Se me va, pero te encanta.
Soy libre, pero te preocupas.
No te apetece, pero vienes.
Hay marujas, pero me besas.
Te pone nervioso, pero esbozas una sonrisa que podría partirme en dos.

No me gusta, pero lo hago.
Me da pánico, pero no pienso parar aquí.
A veces me gustaría matarte, pero me muero por que sigas haciéndolo.
Soy de piedra, pero podrías deshacerme de un soplido.
No se mucho, pero adoro cada parte.


Debería odiarte, pero todos sabemos que nunca sucederá.

11 julio, 2006

Sadness.

Me gustaría tener la capacidad de mandarlo todo a Alpedrete, pero soy demasiado sentimental.

10 julio, 2006

Boom!

A veces moriría por saber qué piensas. Seguramente otras moriría si lo supiese.
Podría pasar días a tu lado y no encontrar la manera de decir todo lo que me gustaría decir sin causar daños colaterales. Podrían pasar horas mientras me muerdo la lengua para no soltar un ápice de lo mucho que atesoro en mi interior sólo por miedo. Podrían pasar minutos hasta que explote sin saber por qué y millones de pensamientos, rayadas y sentimientos acelerados y reprimidos salgan por mi boca tomando como vía esa frase tan temida. Podría intentar permanecer callada y parecer superficial para hacerlo todo más fácil. Podría, pero no quiero.
Podría darme cabezazos contra la pared para intentar evitar caer en la trampa, incluso podría castigarme a mi misma privandome del placer que proporciona una simple partida de trivial. Podría, pero no quiero.
Podría dejar de tener pánico a dejarme llevar, podría... pero necesito ayuda.

Plans. no .Plans

Me gusta la velocidad.
Puede que esa sea la razón por la que tiendo a ir demasiado deprisa en cualquier aspecto de mi vida, aunque supongo que el hecho de ser tan pasional influye notablemente.
He intentado controlarme, pisar mi propio freno en la medida de lo posible, pero me he vuelto a demostrar que hay cosas que no pueden evitarse por mucho que pongas de tu parte... sobre todo cuando aproximadamente el ochenta por ciento de tu ser se muere por estrellarse.
Algún que otro pajarito me advirtió que no soportaría la situación y que acabaría atrapada cual mosca en una tela de araña, pero me gustaba creer que una larga temporada sola me había hecho más fuerte... ingénua de mi.
Así que ahora estoy aquí, volviendo a escribir para que todos volvais a no entender una palabra, con mis planes iniciales hechos trizas, esposada a un no se qué y convenciendome minuto tras minuto de que al fin y al cabo Jacob Dylan no es para tanto... las cosas cambian, siempre.