31 agosto, 2009

Regrets.

This is the only thing I feel when I think about all this matter, even I'm refused to do it.
And this is why I have just noticed that you must be the great pretender, the one and only great pretender.
I used to believe in you, I used to give my life away if you just opened your perfect mouth and asked. I used.
And this is why I have just noticed that you must be another person.
And this is why I must be mistaked.

Siempre.

...A veces en la vida,creamos vínculos que no se pueden romper. A veces, puedes encontrar a esa persona que va a estar a tu lado pase lo que pase. Quizás se establezca como tu pareja y lo celebres gastando mucho dinero en una gran fiesta, pero también existe la posibildad de que esa persona con la q puedes contar para el resto de tu vida, que tan bien te conoce, a veces, incluso mejor que tu misma, sea en realidad la que ha estado a tu lado todo el tiempo...

Yo me acojo al plan del segundo grupo.
En mi caso, esa persona entró en mi vida cuando ni sabía pronunciar la palabra amistad. Si alguien me hubiese dicho en aquel mes de septiembre, cuando fui al colegio por primera vez y nisiquiera tenía cuatro años, que veinte más tarde, la persona cuyo hombro empaparía las lágrimas de mi desesperación mientras se fumaba un cigarrillo liado sentada en mi sofá de Ikea, sería la misma que se atrevió a hablarme en aquel parvulario, porque se sentía tan excluida como yo... seguramente habría salido corriendo porque me habían educado para no escuchar a desconocidos. Y por supuesto, jamás le habría creido.
Pero, lo cierto es que, contadas veces, ese tipo de cosas pasan lejos de las pantallas de cine, las novelas de ficción y la imaginación de los niños. Contadas veces, hay personas que son tan súmamente afortunadas como lo soy yo, pero sólo contadas veces.
No es tarea fácil conocer el significado real de la palabra amistad (sepas o no pronunciarla) y mucho menos lo es contar con alguien entre tus seres queridos a quien sabes tan leal que podrías cruzar media Europa sólo para decir felicidades.
Es probable que siempre haya sido excesivamente inconformista, quejica, pesimista... pero sobre todo siempre he sido la persona con más suerte que conozco. Y no hablo de esa suerte a la que la gente suele referirse cuando habla de mi, dejo a un lado las casualidades a mi favor, los encantos de medio pelo, las consecuencias de mis objetivos fijados, la realización de mis deseos y todas esas cosas que nunca tuvieron más importancia que la que nosotras hemos querido que tuvieran. No hablo de eso. Hablo de ti. Sí, de ti, que siempre has sido mi persona favorita.
Hablo de que tú y sólo tú, eres mi suerte. Tú eres la única razón por la que hoy y siempre he podido sentirme realmente afortunada, porque hayan sido cuales hayan sido las circunstancias jamás he sentido el vacío de tu presencia. Porque tengo la absoluta certeza de que aunque el mundo explotase, los pedacitos que quedasen de mi estarían pegados a los tuyos.
Porque, le pese a quien le pese, eres la única persona con la que siempre puedo contar, porque eres la parte racional de mi parte irracional, porque sólo tú eres capaz de sentir lo que siento sin nisiquiera tener que mirarme a los ojos. Porque me conoces tan bien que a veces me dan ganas de preguntarte qué voy a hacer más tarde.
Por todas esas cosas que sólo tú y yo sabemos, pero sobre todo por todas esas cosas que sólo tú eres capaz de hacer por mi.

Así que, aprovechando éste, mi primer momento de lucidez del último año, prometo intentar dejar de meter la cabeza en el agujero que tengo por vida, apreciar cada minuto y salir de ésta como siempre he salido de todas: cogida de tu mano y con las gafas de sol más grandes de las que pueda disponer. Eso sí, seré honesta: jamás abandonaré la esperanza de que todo esto acabe como tiene que acabar.






Por otros veinte más. Como mínimo.

19 agosto, 2009

Nothing left to give.

Take ur turn or leave it.

09 agosto, 2009

Serendipity

... Jonathan Trager, el destacado productor de la ESPN, murió anoche a causa de las complicaciones surgidas al perder a su alma gemela y a su prometida. Tenía 35 años. De voz suave, obsesivo, Trager nunca tuvo el aspecto de un romántico. Pero, durante los últimos días de su vida desveló una parte desconocida de su mente. Esa persona oculta, casi junguiana, emergió durante la búsqueda, en plan Agatha Christie, de su ansiada alma gemela. Una mujer con la que sólo pasó unas pocas horas preciosas. Tristemente, la prolongada investigación terminó la noche del sábado en un completo y absoluto fracaso. Pero, a pesar de la amarga derrota, el valiente Trager seguía aferrado a la creencia de que la vida no es meramente una serie de accidentes o coincidencias sin sentido, si no, más bien, un tapiz de acontecimientos que culminan con un plan exquisito y sublime. Cuando le preguntaron sobre la pérdida de su amigo, Dean Kansky(...) describió a Jonathan como un hombre nuevo en los últimos días de su vida. "Veía las cosas con más claridad" - observó Kansky. Al final Jonathan concluyó que, para poder vivir en armonía con el Universo, todos nosotros debemos poseer una poderosa fe en los que los antiguos llamaban fatum, lo que comunmente calificamos como destino...

08 agosto, 2009

Desesperada.

Desesperada.
Desesperada porque nunca digo todo lo que tengo que decir.
Desesperada para no dar lugar a que nadie más se desespere.
Dejar de cargar con el peso del mundo y hacer lo que realmente quiero hacer, no lo que es correcto, no lo que debo. Porque al fin y al cabo hacer lo que debo hacer nunca ha ido conmigo. Y contigo... tampoco.
Porque probablemente duela al principio y seguramente dolerá más al final, pero no puedo arriesgarme a ser una desgraciada el resto de mi vida por no perturbar las existencias de quienes me rodean. En el fondo tengo la absoluta certeza de que aceptarían y entenderían hasta el último acto, hasta la última palabra. Y sobre todo apoyarian hasta la última decisión, puede que todo eso llevase un tiempo, pero AHORA O NUNCA.
La elección es fácil: tirita o ataud.
Yo me niego a firmar mi sentencia de muerte a mi edad. Sé que nadie puede asegurarme que mañana estaré viva, pero yo puedo asegurarte que moriría feliz.