24 marzo, 2005

¿cómo hacer...

No es fácil tratar de hacer dialogar a un muro... De hecho, resulta prácticamente imposible sacar de él una contestación en regla o una conversación espontánea. En ocasiones, incluso resulta complicado hacer que te escuche, o por lo menos, que te escuche sin cerrarse en banda.
Todo es distinto cuando ese muro cae por su propio peso... Cuando viene de casa armado de valor o por lo menos de ganas. Es entonces cuando esa agradable sensación de sorpresa se instala entre tu Toshiba y tú para intentar decirte algo que no sabes si debes escuchar.
No sabes si hacerlo porque a la vez que la sorpresa pulula por la habitación, el desconcierto y la incertidumbre se apoderan del ambiente, como no.
¿Por qué? podré preguntarlo durante el resto de mis días, sé que no obtendré respuesta... o tal vez sí. Últimamente nada es lo que parece y me alegro de que así sea.



...si cada parte de mi mente es tuya?

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