27 febrero, 2006

Friends will be friends.

Tener gente con la que contar es mi tesoro más preciado, muy por encima de mis púas de Kelly Jones y banalidades varias que aún conservo por amor a mi condición de grupi empedernida de la vida en general.
Tanto en los momentos buenos como en los malos, considero que tener una mano a la que agarrarme para no caer y partirme en seis es lo mejor que tengo en la vida y creo que es todavía mejor saber que mi mano hace las veces de salvavidas en alguna que otra ocasión, porque para que negar la evidencia, me encanta dar el alma por mis amigos, porque para eso los tengo.
Es cierto que hay momentos en los que echo de menos sensaciones que ellos no pueden proporcionarme por razones obvias, pero más cierto es que llenan mis vacíos existenciales con las hostias oportunas y las declaraciones de intenciones más inesperadas y sinceras que jamás he visto, en cualquiera de las formas habidas y por haber... porque para mi no es importante hablar, sino demostrar los hechos cada minuto, cada segundo.
Creo que he perdido mi toque literario pero, francamente, me importa un bledo.


Soy una pesada, pero os jodeis.

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